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martes , abril 23 2024
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UY / El viento entrelaza los párrafos y la información está en el interlineado

Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Una hoja pequeña transita, zigzagueante, a ras de la vereda. La impulsa el viento que, como tal, es irregular, impulsivo. La evitamos al pasar, quizás con el objetivo de facilitar su andar despojado aunque interiormente late la sensación de estar ante un ser que circula por decisión propia.
La realidad en su conjunto suele operar, sobre individuos y grupos, como ese viento ciclotímico. Quizás la diferencia con la pequeña hoja radique en el orgullo humano. Muchos que van a la deriva jamás admitirían que están siendo (des) orientados por las circunstancias.
Por estas semanas han ocurrido varias cosas. Todas ellas, como sabe el buen periodista, siguen sucediendo. Pero dada la efervescencia de la actualidad, quedan truncas; se desplazan sin Norte (sin Sur), pero no porque carezcan de destino sino porque las dejamos fuera del enfoque.

CORRUPCIÓN. Ya sabemos que las notorias amistades de Alejandro Burzaco realizaron una amable y solidaria vaquita para alcanzar su excarcelación. Que patatín y que patatán, que los K por aquí y los K por allá, mas lo cierto es que los presuntos coimeados se yerguen en un gesto de oblicua honradez…haciendo lo contrario a lo que solicitan los corruptores.
El kirchnerismo, siempre tan ocupado en observar defecciones cercanas, dejó de lado nuestra sugerencia vital y definitiva: remarcar que si los coimeantes requerían quedarse con el fútbol, debido al espíritu nacional popular de la gestión CFK recibieron un rechazo tan profundo que derivó en la creación de Fútbol para Todos.
Todo lo contrario a lo que anhelaba TyC, empresa ligada al Grupo Clarín que orientaba Burzaco.
Como las ideas a veces se entrelazan con la brisa que ladea las copas de los árboles, y doblan en una esquina con casas bajas, concluimos: cómo pueden ser tan deshonestos los funcionarios kirchneristas si se caracterizaron por enfurecer a los dueños del dinero. En la mayor parte de los rubros. ¿No era más rentable venderse a Magnetto que al emisor de un puñado de bolsos?
Pero a quién interesa semejante alarde de sentido común.

SUB 44. Ahora, si hablamos de viento, coincidiremos con el lector que no hay como el que vapulea la mar. Claro que por debajo, el movimiento tiene otra cadencia. Pero hay algo que se evidencia en cualquier lugar: el interés de un gobernante por su gente. Un par de reuniones entre Mauricio Macri y Oscar Aguad no resuelven la ausencia de respuestas.
Tampoco, las raras loas que las publicaciones de Defensa y el diario La Nación cantan de antemano a las fuerzas norteamericanas que, según dicen, son lo más en la (ahora parece) habitual búsqueda de submarinos perdidos. En realidad no se trata de algo común, y serán bastantes las explicaciones que el gobierno deberá brindar sobre la cuestión. No será inquirido por los grandes medios, claro.

MEDIOS. Otra brisa, la del poder comunicacional omnímodo, se llevó a Víctor Hugo Morales de la pantalla de C5N. Hace poco muy poco los periodistas que operan como voceros de las empresas concentradas requerían conferencias de prensa de la entonces presidenta para “poder preguntar”. La ausencia de esas reuniones emergía como el colmo de la cerrazón oficial.
Hoy no queda nada en soporte tradicional. Pero además todos los colegas que salen al aire –desde los de actualidad política hasta fútbol, pasando por espectáculos y chismografía- oscilan entre la debilidad mental y el oportunismo miserable del tahúr que vende la patria por menos de lo que gana su jefe inmediato.

OPINIÓN. Como marco de esos medios, la sociedad. Se viene una gran suba de tarifas, desde diciembre, que reorientará algunas ráfagas. Pero lo cierto es que el poder adquisitivo, derruído por la inflación que los radicales prometieron que los gerentes de Cambiemos iban a reducir, ha caído de modo imponente, deteriorando hogares, comercios e industrias.
Esto no ha sido obstáculo para que una buena porción de la comunidad estime que lo importante es evitar el retorno de alguna variante peronista y que el origen del alza en el costo de vida radica en una empresa que no compró alguien que no conocía al ex vicepresidente Amado Boudou. ¿Se puede laborar comunicacionalmente sobre perfiles de esa naturaleza?

LA VERDAD PROLETARIA. Ahora, que cosa con esa hoja: el gran sospechado por complicidad con el poder, el sindicalismo argentino, ha germinado una opción de interés. Pues el acto del lunes en Luján, convocado por la Corriente Federal de Trabajadores de la CGT, resultó un rechazo pleno a todos los dislates narrados hasta ahora.
La pretensión oficial de quebrar las leyes laborales y previsionales, con el directo aunque no declarado objetivo específico de terminar de arruinar el mercado interno y doblegar al futuro encarnado en el movimiento obrero, recibió un revés que se extenderá en una movilización, seguirá con un paro nacional y evolucionará el año venidero hacia un contraste más agudo.
La relación de fuerzas interna en las centrales gremiales ya está volcada hacia el rechazo. Transitando en ida y vuelta este mismo artículo, podemos reflexionar que las bases sociales sospechadas de seguir (enceguecidas) a los grandes medios y escoger (engañadas) direcciones traidoras, denotan una conciencia más interesante que quienes las juzgan.
Ahora esas voces –guiadas curiosamente por los censurados VH y Navarro- exigen a la CFT y sus amigos la ruptura con la estructura de la CGT. ¿Para qué romper si en un tiempo prudencial –no tan largo como el que demanda el avispamiento de las franjas medias- se puede vencer? Es que ni conocen lo ocurrido en 1968, cuando surgió la CGT de los Argentinos.
Por entonces, en el Congreso Normalizador Amado Olmos, la vertiente que lideraba Raimundo Ongaro no rompió ni se fue de la CGT. Simplemente, como había aquilatado el poder suficiente, ganó y se quedó con la central histórica. Hoy se la trata irrespetuosamente, queriendo realzarla, como si hubiera sido una agrupación testimonial y sin carnadura.

DESENCUENTROS FURTIVOS. Pero hay más, sobre todo en el ámbito político. En este punto resulta admirable el trabajo de ocultamiento de medios como La Nación y Clarín. Lo que en otras gestiones hubiera sido comidilla sin par en las informaciones políticas hoy queda oculto bajo lápidas bien aferradas para que ni el huracán más intenso pueda descubrirlas.
Las peleas intestinas, todas de carácter miserable y de orientación antinacional –a ver quién lo es más- involucran a Marcos Peña, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Elisa Carrió, Luis Caputo, Enrique Nosiglia, Gabriela Michetti, Jaime Durán Barba, entre otros. Al menos tres de los citados están cargando duro sobre el presidente Macri.
Surge allí un interrogante difícil de desentrañar. ¿Porqué Cambiemos, que aumentó su número de legisladores en el comicio reciente, apura el tranco para votar las Reformas los días previos al recambio? Hay respuestas probables, pero su certeza oscila como una vara sometida a la furia de una ventisca invernal.

NI SAN MARTÍN, NI ROSAS, NI PERÓN. Y en el ir y venir como hoja de otoño de amplia gama, que vuela largo con oscilaciones que apenas se notan, retomamos crípticamente un asunto previo. En el seno de esas Fuerzas Armadas tan gorilas, que apoyaron a Macri y se dispararon, muy seguras, una bala en el pie, ha surgido el debate tan temido: seguir procediendo como “familia” o sostener el interés sectorial.
¿No se entiende? Bueno, aclaramos que no son muchos los que piensan en la Patria al vestir un uniforme. Entonces aclaramos: la “familia” defiende a los miembros de la dictadura condenados y procesados y lanza vituperios sobre el kirchnerismo “vengativo”. Los corporativos, que se habían sumado a ese clamor, hoy palpan desolados el desfinanciamiento y la condena a la inutilidad.
Es curioso. Por ahora, las macanas sobre la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo derivan en dinerillos que se reparten el funcionariado y la “familia” castrense de cierta edad. Para el resto sólo queda alguna prebenda individual, que sólo los malpensados caracterizarían como coima, y el abandono tanto económico como funcional.
Como vemos, los integrantes de las FFAA no son tan distintos a las capas medias acomodadas que los circundan. Habitualmente la última opción que barajan es la de respaldar a un movimiento nacional y popular que les devuelva la dignidad, el presupuesto y el rol de defensores de la Patria. Al igual que sus parientes y vecinos, andan tonteando con anécdotas sobre un par de ex ministros.

UY. Pero que viento este, que nos hace retornar para avanzar: resulta que la esperanza, por sobre todas las cosas, radica en el movimiento obrero organizado. Y en sus herederos parciales, amigos transgeneracionales: organizaciones sociales, cooperativas, recuperadas. Todos esos espacios, llenos de pibes.
Resulta que los jóvenes argentinos que aparecen en las publicidades de bancos y de alcoholes no son todos los jóvenes argentinos. Ni siquiera la mayoría. Un número imponente surgido de las entrañas del subsuelo de la Patria –ahí sí, hay Patria- se ha lanzado a la acción gremial y social con entusiasmo insólito y declamación escueta.
Las cosas son como son aunque se diga que no. Todos los seres citados, desde los abyectos hasta los ejemplares, forman parte de esta variada escenografía nacional. Algunos tiran hacia atrás compulsivamente; otros, han puesto ya un pie en el porvenir. La pulseada está y su resultado es incierto, aunque algunos datos –como los aquí vertidos- contribuyen al pronóstico.

(A ver si todavía resumimos esta nota en un lugar común: Vuele bajo / porque abajo / está la verdad.)

 

• Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica.

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